lunes, 3 de mayo de 2010

Antonini: era usual el ``cobro de sobornos''

El empresario venezolano Guido Antonini Wilson, requerido por la Justicia argentina por el ``escándalo del maletín'', asegura que era ``vox pópuli'' el cobro de sobornos o comisiones ilegales a empresarios por parte del Gobierno argentino para exportar a Venezuela, publica el domingo la prensa local.
El venezolano, a quien en el 2007 le fueron incautados en Buenos Aires $800,000 que pretendía introducir al país sin declarar, explica en una entrevista publicada por el diario Clarín que el ex funcionario de la cartera de Planificación de Argentina Claudio Uberti dirigía en Caracas una oficina donde se cobraba el ``peaje'' durante el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007). El ex embajador argentino en Caracas Eduardo Sadous denunció la semana pasada ante la Justicia argentina que Julio de Vido, que fue ministro de Planificación con Kirchner y mantiene el mismo cargo en el gabinete de la presidenta Cristina Fernández, cobraba una suerte de ``peaje'' a quien quisiera hacer negocios con Venezuela, lo que el ministro ha negado rotundamente.
El embajador, que compareció ante el juez federal Julián Ercolini, quien instruye una causa por ``asociación ilícita'' presentada por la opositora Coalición Cívica contra Kirchner y De Vido, entre otros, aseguró que la relación comercial entre Argentina y Venezuela la manejaba Uberti, también involucrado en la mencionada causa judicial.
Wilson se refiere en la entrevista al ``guiso del fideicomiso'' cuando indica que Uberti, quien dimitió en el 2007 precisamente por el ``escándalo del maletín'', ``había llegado a tener el descaro de montar una oficina en Caracas donde la gente tenía que pagar el peaje''.
``Todo aquel que quería trabar negocios entre Venezuela y Argentina te hablaba de la existencia de coimas'', insistió.
El venezolano, que reside en Estados Unidos, explica que ``un alto directivo'' de Petróleos de Venezuela (PDVSA) que cumplió funciones en Argentina le aseguró que ``lo sacaron del puesto por tratar de acabar con los peajes y que el mandatario argentino (Néstor Kirchner) pidió su cabeza''.
Asegura que cada vez que intentaban acabar con los sobornos ``sacaban del puesto a alguien o lo cambiaban. Incluso lo botaban (despedían) malamente. El comentario era que cada vez que le llevaban una prueba a (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez y éste se quejaba a PDVSA, inmediatamente en PDVSA cambiaban a alguien o lo mandaban a alguna embajada''.
``Ese era el miedo que le tenían en Venezuela a los argentinos. Hasta Kirchner llamaba si algo pasaba, por supuesto que bajo ese manto Uberti se sentía como el padrino. Se creía el papel'', añadió.
Asimismo, el empresario explicó que en Caracas ``había enojo con los argentinos porque sólo ellos ponían las condiciones''.

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