sábado, 22 de mayo de 2010

¿Qué busca Chávez en la campaña electoral colombiana?


Seis expertos de Colombia y Venezuela explican por qué las relaciones internacionales –de manejo exclusivo de los gobiernos–, se han convertido en un tema obligado del debate electoral.

La pregunta parece retórica. Hay quien diría, apresuradamente, que el mandatario venezolano, Hugo Chávez, con sus declaraciones, pretende expandir su revolución bolivariana y evitar que en Colombia llegue un gobierno contradictor.
Sin embargo, la figura del comandante genera rechazo en la opinión de la mayoría de los colombianos. Prueba de ello es que en la más reciente encuesta de Invamer Gallup el índice de desfavorabilidad de Chávez alcanzó un récord histórico: el 94 por ciento.

Sus declaraciones oprobiosas contra el Gobierno colombiano, las versiones de prensa sobre su presunta relación con las Farc, las restricciones a la relación comercial colombo-venezolana son algunas razones que explican ese descontento, y que hacen improbable que su revolución sea importada en Colombia.

No obstante, Chávez se empeña en aludir al candidato que representa la continuidad del uribismo, Juan Manuel Santos, de La U. Para muchos sus declaraciones contra el candidato tienen un efecto contrario a los deseos que expresa. Chávez sabe, como político avezado que es, que sus ataques podrían generar un efecto de opinión favorable a Santos. Entonces, ¿por qué lo ataca?

El mandatario venezolano explica su actuación diciendo: “tengo que responder”, pues, en su criterio, algunas campañas han montado su estrategia basados en su figura. No hay que olvidar que el detonante de sus diatribas fue una respuesta de los candidatos presidenciales, durante un debate televisado, a la pregunta de si en caso de ser presidentes volverían a atacar un campamento de las Farc en territorio extranjero.

Para otros, lo que Chávez pretende es generar temores en los venezolanos aduciendo una “amenaza” desde Colombia, y así unir las fuerzas políticas de su país de cara a las elecciones legislativas de septiembre.
La pregunta parece retórica. Hay quien diría, apresuradamente, que el mandatario venezolano, Hugo Chávez, con sus declaraciones, pretende expandir su revolución bolivariana y evitar que en Colombia llegue un gobierno contradictor.


Sin embargo, la figura del comandante genera rechazo en la opinión de la mayoría de los colombianos. Prueba de ello es que en la más reciente encuesta de Invamer Gallup el índice de desfavorabilidad de Chávez alcanzó un récord histórico: el 94 por ciento.

Sus declaraciones oprobiosas contra el Gobierno colombiano, las versiones de prensa sobre su presunta relación con las Farc, las restricciones a la relación comercial colombo-venezolana son algunas razones que explican ese descontento, y que hacen improbable que su revolución sea importada en Colombia.

No obstante, Chávez se empeña en aludir al candidato que representa la continuidad del uribismo, Juan Manuel Santos, de La U. Para muchos sus declaraciones contra el candidato tienen un efecto contrario a los deseos que expresa. Chávez sabe, como político avezado que es, que sus ataques podrían generar un efecto de opinión favorable a Santos. Entonces, ¿por qué lo ataca?

El mandatario venezolano explica su actuación diciendo: “tengo que responder”, pues, en su criterio, algunas campañas han montado su estrategia basados en su figura. No hay que olvidar que el detonante de sus diatribas fue una respuesta de los candidatos presidenciales, durante un debate televisado, a la pregunta de si en caso de ser presidentes volverían a atacar un campamento de las Farc en territorio extranjero.

Para otros, lo que Chávez pretende es generar temores en los venezolanos aduciendo una “amenaza” desde Colombia, y así unir las fuerzas políticas de su país de cara a las elecciones legislativas de septiembre.
 Se consultó con varios expertos de Venezuela y de Colombia que, desde distintos puntos de vista, analizaron el motivo de las declaraciones del mandatario:

"A Chávez le conviene un presidente en Colombia que le siga la corriente, igualmente camorrero": Teodoro Petkoff

(Director del periódico Tal Cual de Caracas, Venezuela)

Chávez es perfectamente consciente de que cuando él alaba a alguien, lo ralla (perjudica), y cuando lo ataca, lo eleva. Por tanto, cuando comenzó sus ataques a Santos, él estaba perfectamente consciente de que lo ayudaba, en el sentido de que lo presentaba como su rival en Colombia; como Chávez en Colombia no tiene mucha popularidad, pues beneficia a Santos.


En los últimos días se ha tranquilizado un poco y ha dicho que es la campaña colombiana la que pareciera girar alrededor de él. No sé si estoy hilando demasiado fino, pero pareciera que Chávez quiere mantener un estado de tensión permanente con Colombia. No creo que tenga la intención de ir a la guerra, pero sí de mantener la tensión, por razones políticas internas de Venezuela. Cree que eso lo beneficiaría, eventualmente, le permitiría recoger una parte del electorado suyo, apelando a la tecla del patrioterismo. Por lo tanto, él necesita del otro lado alguien que le siga la corriente, es decir, alguien igualmente camorrero.

“Cualquiera que sea el Presidente colombiano no va a tener relaciones buenas con Chávez”: Beatriz de Majo
 (Licenciada en Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela)


Nosotros también nos encontramos en un proceso electoral en el que Chávez busca capitalizar a su favor la difícil relación con Colombia. El oficialismo viene perdiendo terreno, razón por la que el Gobierno trata de mantener la diatriba con el país vecino. Esa diatriba le resulta sumamente rentable porque así puede cohesionar al electorado, pues está perdiendo un capital importante.

Cualquiera que sea el presidente en Colombia va a tener relaciones con Chávez que no van a ser buenas, porque las tesis de la política colombiana se distancian con las del chavismo, se encuentran en las antípodas. Nosotros estamos en un proceso que busca instaurar un comunismo, mientras que en Colombia los candidatos están de acuerdo en lo que los americanos llaman "the fundamentals"; es un acuerdo tácito en temas como seguridad, democracia, desarrollo económico…

“Es imposible que Chávez no responda”: Mari Pili Hernández

(Ex viceministra de Venezuela para América Latina)

Desde la época de José Antonio Páez y Francisco de Paula Santander, hace doscientos años, las relaciones entre Colombia y Venezuela han sido motivo de discusión política. Es natural que en campaña las relaciones entre los dos países se discutan.


Lo que es lamentable es que la política exterior del Gobierno de Álvaro Uribe haya sido irrespetuosa de la soberanía de los demás países: violó el espacio aéreo de Ecuador, bombardeó su territorio, y agentes de seguridad de su gobierno secuestraron personas en Venezuela.

Santos, el candidato que apoya el gobierno de Uribe, pretende continuar ese tipo de políticas. Pero si el candidato no hubiera lanzado amenazas en contra de nuestro país, no habría recibido la respuesta que le ha dado el Gobierno venezolano.

El efecto político que tienen las declaraciones de Chávez, al contrario de lo que podría ser su interés, es que podrían beneficiar al candidato Santos. Sin embargo, las declaraciones que hace no son para favorecer ni para perjudicar al candidato, ni en condición de actor político interno de Colombia, sino en condición de presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Y, obligatoriamente, tiene que dejar clara la posición soberana frente a las amenazas de Santos.

Todos quisiéramos que se mejoraran las relaciones, pero mientras la política exterior del gobierno de Colombia no cambie, no se van a solucionar.

“La única manera de asegurar que el gobierno de Venezuela se mantenga a raya es con el ejemplo”: Sandra Borda Guzmán

(Profesora de ciencia política y relaciones internacionales de la Universidad de los Andes)


Independientemente de los fines que busca Chávez para la política interior, lo que es absolutamente claro es que una situación de constante enfrentamiento y de inseguridad entre los dos países le permite a él aferrarse de manera más fácil al poder.


Colombia no debería entrar en ese juego. Hay que continuar con el proceso electoral, insistir en que se respete el proceso político interno, que no haya intervención, pero eso se debe dar a partir del ejemplo. Es decir, no podemos, exigir constantemente que no haya participación de Chávez en la política interna si hay evidencia de que Colombia está interfiriendo de alguna forma con el proceso bolivariano. Es un presupuesto de ida y vuelta.

La única manera de asegurar que el Gobierno de Venezuela se mantenga a raya es con el ejemplo.

Los procesos electorales son un asunto doméstico en el que ningún otro presidente ni ningún extranjero debe tratar de alterar la balanza electoral. Pero debido a que el tema internacional es un tema tan importante en el proceso electoral, en el que a los candidatos les están obligando a opinar, es muy difícil lograr que no haya reacciones a esas opiniones.

“Han sido los mismos candidatos los que han incluido en el debate electoral a Chávez”: Hugo Eduardo Ramírez

(Investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario)
Han sido los mismos candidatos los que han incluido en el debate electoral a Chávez. Es apenas natural que un presidente tan mencionado tenga una reacción.


Las preguntas a los candidatos incluyen temas muy delicados en la agenda binacional. Por ejemplo, la persecución en caliente, o incluso, la posibilidad de una guerra. Ante un pronunciamiento sobre esos temas, cualquier presidente se referiría.

Las declaraciones de Chávez tienen que ser leídas en términos de política interna de lado y lado. Según como los candidatos planteen su relación con él (estar más cerca o más alejados de su discurso), influirá en sus campañas. Del mismo modo, cuando Chávez menciona las relaciones que podría mantener con tal o cual aspirante a la Presidencia, lo que intenta es legitimar o deslegitimar a los candidatos, pero en su propio territorio.

En una sociedad tan politizada como Venezuela, en el momento en que el Gobierno colombiano se convierte en uno de los bastiones de la oposición, las relaciones internacionales adquieren un significado político. En ese sentido, Chávez podría encontrar una contraparte con la cual mantener relaciones de suma cero como se han planteado hasta ahora. O, si llegase a ser elegido un candidato que tenga un tono más conciliador, entorpecería mucho esa polarización.

“Chávez ha conseguido consolidar en Colombia la unidad nacional en torno al rechazo de sus expresiones”: Julio Londoño Paredes

(Ex canciller colombiano )
Mi impresión es que Chávez no busca ningún propósito particular con sus declaraciones. Como habla tan frecuente y extensamente, se refiere a los temas más variados aunque, naturalmente, el proceso electoral colombiano resulta especialmente atractivo para él.


En efecto, siendo la de Colombia la única frontera "viva" de Venezuela y existiendo hondas prevenciones de su parte frente a nuestro país y a la clase política en general, no resulta extraño que el tema electoral colombiano suscite interés en Venezuela.

Lo que llama la atención es que Chávez ha conseguido consolidar en Colombia la unidad nacional en torno al rechazo de sus expresiones contra el país y su Presidente, por encima de colores y tendencias políticas.

De todas maneras, la vecindad no sólo es ineludible, sino que es fuente de oportunidades y fortalezas. Por lo tanto, la cooperación y el diálogo son fundamentales entre nuestros dos países.

Yo me pregunto cuál sería la reacción de Chávez si el Presidente de Colombia se refiriera a unas elecciones presidenciales o parlamentarias en Venezuela, especialmente con el lenguaje que utiliza el mandatario venezolano.

Fuente: Revista Semana.

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