domingo, 13 de junio de 2010
Acorralado
El presidente Mahmud Ahmadineyad está contra las cuerdas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó un nuevo paquete de sanciones económicas contra Irán, el más duro desde que empezó la polémica por su programa nuclear.
Entre las medidas aprobadas se autoriza inspeccionar barcos y aviones iraníes, y en adelante cerca de 40 empresas y bancos tendrán fuertes restricciones financieras para realizar operaciones con Teherán. De esta forma Washington logró obtener el respaldo de 12 países, incluidas las otras cuatro potencias con derecho de veto, y de paso se salió con la suya en su idea de desconocer el pacto logrado por Brasil y Turquía. Estos últimos fueron los únicos que se opusieron a la resolución, mientras que Líbano se abstuvo de votar. Como es usual, el mandatario iraní cerró las puertas al diálogo e insistió en que seguirá enriqueciendo uranio.
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